Si tu piel se siente áspera, caliente, débil, y pica o arde, probablemente tienes piel sensible. La piel sensible es aquella que reacciona irritándose ante factores, como el frío, calor, o alimentos.
La piel sensible puede ser seca, grasa, o mixta, con la diferencia que presenta una condición adicional que requiere atención. Una clave que te ayudará a entender su reactividad, es que se manifiesta cuando la barrera cutánea está deteriorada.
Conocer tu piel, es la clave para lucir un cutis radiante y saludable. Si quieres conocer más acerca de este tipo de piel y sus cuidados, ¡quédate con nosotros!
Cómo cuidar la piel sensible
Limpieza de piel sensible
- Limpieza facial de piel sensible
- Limpieza corporal de piel sensible
Tratamiento de piel sensible
- Tratamiento facial de piel sensible
- Tratamiento corporal de piel sensible
Hidratación de piel sensible
- Hidratación facial de piel sensible
- Hidratación corporal de piel sensible
Exfoliación de piel sensible
- Exfoliación facial de piel sensible
- Exfoliación corporal de piel sensible
Características de la piel sensible
- Enrojecimiento.
- Descamación.
- La piel suele ser muy fina y se rompe con facilidad.
- La exposición solar moderada a severa puede causar quemaduras dolorosas.
- Puede presentar condiciones, como rosácea, eritrosis, cuperosis, e incluso acné.
- Reactiva a alimentos, medicamentos o productos.
- Función de la barrera cutánea debilitada.
Productos para el cuidado de la piel sensible
Causas de la piel sensible
Existen detonantes internos y externos responsables de la piel sensible, entre los factores internos encontramos:
- Cambios hormonales.
- Estrés.
- Problemas de sueño.
- Alimentos picantes o alergógenos. La capsaicina de comidas picantes puede activar la irritación de tu piel y generar episodios incómodos.
- Consumo excesivo de alcohol. Las bebidas alcohólicas dilatan los vasos sanguíneos e irritan la piel, además, al tener un efecto diurético, deshidratan tu piel.
- Intolerancia al gluten.
- Deshidratación.
Mientras que las causas externas son:
- Uso de productos de cuidado facial abrasivos. Si tu piel es sensible, debes evitar ingredientes activos fuertes, como el retinol, en su lugar busca opciones más amables como el bakuchiol, o activos con efectos calmantes como la centella asiática.
- Cambios extremos de temperatura. El calor, frío e incluso el viento, pueden irritar la piel y propiciar el aumento de histamina, una sustancia que genera comezón en la piel y dilata los vasos sanguíneos provocando enrojecimiento.
- Condiciones de la piel, como acné o eczemas que vulneran la barrera de la piel.
- Exposición solar.
- Falta de hidratación.
- Contaminación. Las partículas que se encuentran en el ambiente se adhieren a la piel y generan estrés oxidativo, irritando la piel y debilitando la barrera cutánea. Por ello es importante limpiar adecuadamente la piel todos los días.
- Productos cosméticos con aditivos no adecuados o imitaciones con ingredientes tóxicos. Evita productos con exceso de fragancia, alcohol, entre otros.
- Sobreexfoliar la piel. La piel sensible necesita cuidados específicos y el exceso de productos exfoliantes, solo empeorará el estado de la barrera cutánea.
Qué hacer en caso de piel sensible al tacto
Si las terminaciones nerviosas de tu piel son hipersensibles, probablemente tu piel presentará dolor como respuesta a estímulos inofensivos, como el tacto. Esto se incrementa cuando la barrera de la piel está deteriorada, así que la mejor solución es tener una rutina de cuidado facial adecuada que mantenga la sensibilidad y enrojecimiento a raya.
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Barrera cutánea y piel sensible
La piel está llena de capas protectoras y todas son importantes, por lo que deben ser protegidas. Esta es la función de la barrera cutánea, la cual recubre la córnea y la epidermis.
Cuando la piel es no sensible reactiva o alérgica, los síntomas suelen ser temporales, y además de una buena rutina de skincare, se deben evitar los factores detonantes que variarán de una persona a otra.
La barrera cutánea mantiene el agua de la piel, evitando la deshidratación, esto gracias a materias grasas beneficiosas, como las ceramidas, colesterol (que repara heridas) y ácidos grasos, las deficiencias de estas grasas esenciales también sensibilizan la piel y generan problemas cutáneos.
Entre las funciones de la barrera cutánea encontramos:
- Termorreguladora, mantiene el frío y el calor regulados en la superficie cutánea.
- Mantiene el agua, gracias a su capacidad de regulación hidroelectrolítica.
- Elimina toxinas, como el sudor.
- Sensorial. Tiene miles de terminaciones nerviosas, y es la que identifica cómo se siente un producto sobre la piel, recogiendo la presión, textura, dolor, y temperatura.
- Sintetiza la vitamina D, para proteger la piel de los rayos solares.
- Da señales de alerta, cuando algo no va bien podemos notar la piel roja, caliente, pálida.
Cuando es vulnerada, la piel queda al descubierto, y se torna más débil, lo que permite que factores alergógenos, contaminantes y bacterianos, sean capaces de acceder a la superficie, generando problemas.
Las personas con piel sensible deben lidiar con esta condición de por vida, sin embargo, con un buen estilo de vida y productos de cuidado adecuados, podrás lograr que los síntomas desaparezcan y la piel esté sana.
Piel sensible tratamiento
Todas las pieles requieren hidratación, y en la piel sensible es prácticamente indispensable. Lo mejor es utilizar productos que contengan ácido hialurónico o algas marinas, en el caso de ser un serum, aplícalo con la piel ligeramente húmeda para que se absorba mejor.
¡El factor hidratante no puede faltar! Será tu mejor aliado y a largo plazo notarás mejoría en la condición sensible de tu piel. Si buscas opciones hidratantes, te dejamos algunas:
Es un producto descongestionante y con efecto calmante, que contiene extracto de arce de azúcar, complejo de algas y variedad de nutrientes.
Contiene complejo coreano calmante, e ingredientes ideales para pieles sensibles como niacinamida, extracto de miel, y el agua de té verde fermentado.
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